Los souvenires que me compro en cada viaje que hago suelen llenarse de polvo después de un tiempo y caer en el olvido. Esa piedra preciosa que encontré en la playa pronto se convirtió en un objeto sin valor perdido en algún cajón. Esa chaqueta vintage que me compré en Nueva York desapareció de mi armario ya que nunca me la puse por ser demasiado extravagante. No es fácil llevarse recuerdos valiosos de un viaje y que estos se conserven para siempre. El último viaje que hice con mis amigos lo documentamos por completo a través de WhatsApp. Ya varias semanas antes de salir rumbo a Bali empezamos a organizarlo todo por chat. Durante el viaje nos fuimos enviando fotos y mensajes para documentarlo todo.
Sin darnos cuenta habíamos convertido nuestro chat de grupo en un diario detallado de nuestro viaje. En vez de elegir entre miles de fotos, editarlas, comentarlas y subirlas a la red para crear un álbum, fuimos escribiendo este valioso chat antes y durante el viaje para luego convertirlo en un bonito libro. ¡Así de fácil! A partir de ahora organizaremos y documentaremos cada viaje de esta forma. ¡Y en sólo unos años tendremos una biblioteca llena de recuerdos!